Yi_JH_Park

Vamos, vamos, se alentó. Tranquilo, Chanyeol, tú puedes hacerlo.
Me froté las manos, el eco de los gritos de aliento pitando en mis oídos.
No es tan difícil.
La gente agitaba sus brazos o aplaudía fervientemente, prácticamente presionándome, acorralándome hasta la pared de un callejón sin salida: hacía rato que no jugábamos a esto, y de repente el juego se había convertido en una pesadilla. Sabía que no tendría que haberme metido…nunca jugué en mi vida…y ahora…
Irónicamente, mis labios estaban apretados el uno con el otro mientras la botella vacía y acostada en el suelo señalaba a quien tenía enfrente: Éramos alrededor de doce, mientras la mayoría bailaba en las demás habitaciones de la casa con la mayoría de las luces apagadas. Por ejemplo, si uno quería dirigirse a alguna habitación o besarse en el pasillo, podían hacerlo tranquilos sin miedo a ser descubiertos…el problema estaba en la sala, el comedor y la cocina, donde el recipiente verde traslúcido se había detenido con el pico dirigiéndose a la persona que tenía justo enfrente, literalmente en frente.
Rayos, tenía que besar a Zhang Yixing.
A Zhang. Yi. Xing. Uno de los chicos más controversiales en la escuela, de esos que siempre terminaban atrayendo problemas, a pesar de que no se consideraba un buscapleitos: de hecho, no lo era, pero tenía todo un tema con el resto de los varones…por no hablar de las mujeres.
El chico se consideraba bisexual abiertamente…y abiertamente desprendía hormonas que volvían locas a absolutamente todas. Y cuando digo todas, era a todas: prácticamente, Yixing parecía un personaje de manga o anime, de esos que desparraman ternura con las chicas y una sensualidad misteriosa con los hombres.
El chico podía estar haciéndole trenzas a sus compañeras en la primera hora, acariciándoles luego el rostro, y después podía transpirarse la vida en Educación Física, abanicándose con la remera y llamando la atención de más de uno.
En mi opinión, no era un símbolo sexual…pero, de alguna forma, llamaba la atención.
Y ahora tenía que besarlo. Fantástico.
Tragué saliva e ignoré las vitoreas y los alientos: yo era un chico más o menos normal, un fucking weirdo con anteojos cuadrados y negros, grandes como para ver el futuro. Gracias a Dios carecía de bullies, e incluso me hablaba con un par de personas, pero eso no me hacía un estudiante normal. De hecho, sólo contaba con la compañía de Kyungsoo y Baekhyun…y listo, dejen de contar, porque era más o menos normal, era más solitario y amante de la calculadora que otras cosas.
Y ahora tenía que besar a Zhang Yixing. Fantástico.
Esto va a manchar mi expediente, pensé.
-¡Hey!—me gritaron del frente; levanté la cabeza y me acomodé los anteojos, observando a un Yixing impaciente e incómodo, como avergonzado: se rascaba la nuca, haciendo vista gorda al rosa en sus pómulos—¿Cuánto más vas a tardarte? Hagámoslo y ya, tampoco es para tanto.
-Ah, yo… – parpadeé, nervioso. ¿Acaso le caigo mal?
-Hey, que juegue en los dos bandos no significa que me gusten todos los seres del mundo—murmuró, acercándose y posando una mano frente a mis piernas cruzadas; temblé—. Si tienes miedo de que me enamore de ti…tranquilo, no creas que nosotros nos andamos fijando en todos y cada uno de los chicos—sonrió, casi con ternura, y cuando entendí que buscaba tranquilizarme, me relajé y suspiré con una sonrisa pequeña, una pequeña…pequeñísima…—, aparte, no tienes nada relevante…no tienes atributos o cualidades que te destaquen.
…sonrisa.

-Wow, ¿En serio te dijo eso? Qué…perra—bufó Kyungsoo, corriendo la silla para sentarse a mi lado; los almuerzos ya estaban dispuestos en las tres mesas pegadas, yo separé mis palillos y abrí el tupper de Baekhyun, que siempre traía los fideos que me gustaban—, Baekhyun, tú fuiste amigo suyo cuando entramos a la secundaria, ¿Verdad?
-Sí, nos juntábamos en primero y en segundo—asintió el otro, apretando los labios y acomodándose para tomar mi caja de arroz, picando con los palillos, comía y hablaba, un asco—. En tercero empezamos a separarnos…él ya había asumido lo que era y quería asegurarse de que le gustaban ambas cosas…y yo no quería tener nada que ver con eso.
-¿A qué te refieres? En esa época no andabas con Taeyeon—aseguré, frunciendo el ceño.
-Justamente…estaba tratando de que se fijase en mí—continuó, Kyungsoo haciéndole señas para que comiera con la boca cerrada—, ustedes recuerdan cuánto tuve que pelear por ella…no podía arruinarlo con mala junta.
-Hey—interrumpí, ofendido—, él no es mala junta…sólo…no controla la imagen que le da a los demás.
-Sí, claro—rió Kyungsoo, entretenido y masticando enrollados de huevo revuelto; me señaló con los palillos—: tú dices eso para quedar bien y no tener problemas, pero, ¿Qué pensaste de él ni bien se besaron? ¿Y qué pensaste después de eso?
Automáticamente guardé silencio y los chicos comenzaron a reír: sonrojado, recordé la noche del viernes, con las luces cálidas y anaranjadas apenas iluminando la cocina; recordé el tacto frío de las baldosas, el entumecimiento de mis piernas cruzadas por horas, y mi tronco exageradamente extendido hacia delante.
Recordé haber cerrado los ojos como un idiota, contando mentalmente los segundos hasta llegar al minuto: recuerdo no haber movido la boca, hasta que él lo hizo. “No seas idiota y besa bien”, me había dicho mientras se acomodaba.
Por suerte, no había usado su lengua. Por suerte, no me había desmayado ni meado encima. Inevitablemente, me sonrojé, y las risas pararon: a Baekhyun se le cayó comida de la boca abierta, y Kyungsoo se atragantó con el agua que bebía.
-¡Oh, por Dios, te ha gustado!
-¡Dios mío, te gusta Yixing!
-¡¡N-nada que ver!!—salté, golpeándolos en la espalda y en los hombros: siguieron chillando, sin hacerme caso—¡Fue mi primer beso, sólo eso, no pensé que iba a ser tan…de mentira, nada más!
-¡¡Gyah, nuestro Chanyeollie, enamorado!!—Baekhyun agitó los puños contra su pecho.
-¡Ya era hora, encima estamos en la secundaria y es primavera!
-¡Deberíamos volver a juntarlos!—propuso Baekhyun, y yo me despeiné de la vergüenza—¡Como en un café, mediante notitas y cartitas falsas, cosa que no sepan que fue obra nuestra!
-Yah—suspiró Kyungsoo—, Chanyeollie te acaba de escuchar, no tiene gracia…
-Bueno, no pasa nada si él sabe, nos agradecerá luego, ¡Sí!
Mientras chocaban las manos y continuaban con su palabrerío estúpido, yo cerré los ojos hasta que terminé de comer y me levanté de la mesa en silencio. Sabiendo que me ignorarían para poder terminar de planear su estrategia pseudo-romántica, caminé tranquilo hasta el baño, a sabiendas de que no me perseguirían.
Cuando salí al pasillo y caminé hasta el fondo para abrir la puerta de los tocadores, sentí todas y cada una de las miradas sobre mí: a pesar de Taeyeon noona, que me saludó mientras caminaba en dirección opuesta hacia su nueva clase, el resto permaneció en silencio, clavando sus miradas de sorpresa y vergüenza en mi cara, como flechas dirigidas directo a mi mandíbula y a mis mejillas: casi que sus cuchicheos pinchaba en mi cabeza, pero me decidí a respirar hondo y a caminar. Sólo cuando estuve ya en los cubículos y aferrado al lavamanos bufé de vergüenza.
Todos sabían que no había tenido nada, nunca. Todos sabían que estaba condenado a morir solo y soltero porque absolutamente todo me daba vergüenza.
Yah, basta, me ordené, mirándome en el espejo. No eres patético…solamente…piensas demasiado. Deberías hablar más. Quizás…en la próxima hora, en la hora de estudio, si ves a alguien que necesita ayuda…sí, sí, eso funcionará.
Asentí convencido y me saqué las gafas para abrir el grifo del agua, lavándome la cara con dos salpicadas bruscas, y terminé hasta mojándome las puntas del flequillo, alisándolo: sí, el máximo acto de valor había sido decolorarme el pelo a castaño y rizármelo, pero el castaño había terminado en una especie de caramelo claro ceniza, súper falso, súper irreal.
Frunciendo el ceño y parpadeando con fuerza para arreglarme el pelo, observé una mancha borrosa detrás de mi reflejo: al ver que no se movía, tanteé los anteojos para ponérmelos, pero no los encontré.
-Emh, ¿Hola?—farfullé, avergonzado, manoteando por el mármol gris y sucio—, disculpa, ¿Has visto mis gafas? Creo que se me han caído, ah—me agaché y gateé en el suelo, no consciente de lo ridículo que podía llegar a verme—, disculpa, pero… en serio las necesito.
-No hay drama, aquí la tengo—escuché, y la mancha se sentó en el suelo, frente a mí. Cuando dos manos acariciaron mis orejas, comencé a ver, sintiendo los anteojos bordear mis ojos y perderse tras mis orejas, debajo del pelo—, ya, ¿Ves mejor?
Me atraganté con las palabras y se me secó la boca.
-Zhang…Yixing…
-Veo que me recuerdas, bien—sonrió con rigidez—, eso prueba que el viernes no estabas borracho.
-Ah…ajá—tartamudeé, inseguro, tratando de reírme; cuando se acomodó para hablar, me estremecí: ¿Qué rayos está haciendo?
-Quisiera charlar un rato contigo—dictaminó, serio y con las manos en sus rodillas, piernas cruzadas como en el cumpleaños del fin de semana—, esto no es típico de mí, así que escucha atentamente…quisiera disculparme.
Tosí.
-¿C…cómo?
-Eso, simplemente quería pedirte perdón.
-P…pero.
-Déjame terminar—sentenció, levantando una mano, luego suspiró—, lo que hice el viernes, eso que te dije…no estuvo bien. Cuando llegué a casa, recordé todos los insultos, todo lo que me decían en tercero…y no está bueno que te denigren por ser como eres…y yo, siento que de alguna te ofendí, cuando sólo trataba de decirte que no me gustas, ni me obsesionas, ni nada. No digo que eres feo…sólo…no eres lo suficientemente atractivo para mí.
Ok, pensé, incómodo. ¿Por qué siento que lo que dice no me tranquiliza para nada?
-Rayos—refunfuñó, como leyéndome el pensamiento—, lo que quiero decir es…que no sientas que, por un beso, comenzaré a perseguirte. Definitivamente no me gustas, así que no te verás agobiado por rumores ni malas lenguas que busquen asustarte cada vez que me veas, ¿Entiendes? No te acorralaré en la ducha después de Gimnasia, ni te encerraré en la sala de estudio para acosarte, ¿Entiendes?
Asentí, sonrojado. Él simplemente suspiró, tranquilo y asintió con un “bien”.
-Me alegro de que haya quedado en claro—se levantó de un salto y me extendió la mano—, por cierto, tomé tus gafas recién y me las puse…realmente no ves una mierda.
Asombrado, abrí los ojos y levanté las cejas: sin esperármelo, carcajeé, arrugando la nariz.
-Debo darte la razón…mi vista es un asco—aceptando la mano, sentí una calidez inimaginable: Yixing parecía tan frio, tan distante…siempre solo o con Yifan y Tao detrás, taponando los pasillos con su tamaño…esperar algo de humanidad genuina en él me resultaba inimaginable—, por cierto, ¿Puedo preguntarte algo?—sonreí, mientras salíamos al pasillo.
-Por supuesto. Ya te he besado, así que algo cercanos somos—rió, hice oídos sordos al comentario.
-¿Por qué les haces peinados a las chicas y luego les acaricias la cara, mirándolas tan de cerca?
-Ah, eso es porque todas las mujeres del mundo buscan tener un amigo gay…yo la llamo ‘la táctica de la gacela herida’—fanfarroneó, orgulloso—. Soy el amigo bisexual que las quiere como hermanas…hasta que cortan con el novio y se sienten solas, gordas y feas.
-Ah, ahí entras en acción—asentí, y él imitó el movimiento—. Woh, eres muy ingenioso.
-Soy astuto, sí…tan astuto como para poner un imán en la botella del viernes sin que nadie se diera cuenta—sonrió, mirándose las uñas y deteniéndose conmigo en la puerta de mi aula.
-¿Q…qué…?
De la nada, Yixing clavó sus ojos en mí de soslayo, luego estiró la mano para tomarme de la nuca y tiró de mí hacia abajo. Ambos cerramos los ojos, como ya viéndolo venir desde el principio: ladeando la cabeza, lamió mi labio inferior y yo abrí más mi boca, sintiendo su mano libre tomarme de la cintura para apretar mi piel, arrugando la tela.
Solté un pequeño quejido cuando mi cuello tiró de dolor (mi cuerpo no alcanzaba a amoldarse al suyo, y mis brazos rígidos apenas se doblaban a mis costados), al instante, como pidiendo disculpas, se separó.
-…No eres lo suficientemente atractivo para mí—sonrió malicioso mientras los chillidos de Kyungsoo y Baekhyun, que lo habían visto todo, se fundían con los alaridos de los demás alumnos, recorriendo el pasillo—, pero tienes potencial…y pienso sacarle todo el jugo posible.
Y lamiéndose los labios, me guiñó los ojos y desapareció. Girando mi cabeza para verlo hasta que entrase a su aula, sentí las gafas caer levemente por el puente de mi nariz; Kyungsoo y Baekhyun corrieron a sacudirme y abrazarme, pero ya no los podía oír.
Un imán…
Un imán en la botella…
Increíblemente, sonreí hasta con los ojos y me reí con fuerza: los rumores bombardearon los pasillos y las aulas, las malas lenguas no tardarían en llegar. Porque Yixing, de alguna forma, siempre atraía problemas.
…Hijo de la gran puta.

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ChanYeol se sentía decepcionado debido a que en los últimos días apenas había podido ver a su hyung, las promociones los tenían tan ocupados que los miembros apenas podían verse sin importar que vivieran en el mismo departamento.
ChanYeol observo con frustración las manecillas de su reloj, de mano, avanzar con demasiada velocidad para su gusto.
-¿Manager-Hyung podría ir mas rápido?- pregunto Chanyeol tratando de ser amable.
-ChanYeol voy tan rápido como puedo- respondió el manager. ChanYeol suspiro sabia que cuando llegara a los dormitorios Baekhyun estaría dormido y no podría darle el regalo que le había comprado con tanto cariño para dárselo el día que celebraran sus 300 días juntos y lo peor es que tampoco había podido llamarlo debido a que el manager le pidió dejar su celular en los dormitorios.
-ChanYeol llegamos- dijo el manager. Chanyeol prácticamente salto del auto y corrió escaleras arriba. ChanYeol se sintió desfallecer cuando abrió la puerta y no vio a Baekhyun en su cama pero entonces noto un pequeño bulto en su cama, se acerco sonriente al notar que el pequeño se había quedado dormido esperándolo. ChanYeol se quito los zapatos y se metió en la cama junto a su novio, abrió la pequeña caja con el regalo que le había comprado, tomo el anillo entre sus manos y lo deslizo suavemente entre los finos dedos de su novio.
ChanYeol sonrió ante lo bien que se amoldaba la alianza a las hermosas manos de su novio, entonces descubrió una pequeña caja en la cama y al abrirla encontró un anillo que combinaba a la perfección con el que acaba de deslizar en la mano de Baekhyun. Después de colocarlo en su mano, atrajo al mayor hacia él y lo acomodo entre sus brazos para dormir tranquilamente.
-Dulces sueños Baekkiee- dijo suavemente mientras depositaba un suave beso en su mejilla.